Trabajo como docente y en algún momento empecé a vivir con mucho estrés mi trabajo. Había varios factores que entorpecían el que pudiera desarrollar mi labor de forma tranquila y ordenada. Empecé con la doctora Werbin y un marzo encontrándome al borde de la baja laboral pero no quería que mis alumnos sufrieran las consecuencias del despotismo de unos pocos de sus compañeros; puedo decir que finalmente no falté a mi trabajo un solo día, que acabé y ellos acabaron su curso con bastantes buenas apreciaciones y que pasé un posterior buen verano. Sigo yendo a sesiones con la doctora Werbin porque me sienta muy bien para todo, pero el tema laboral quedó más que solucionado.