Cuando mi marido desapareció para mí fue un shock, tardé mucho en empezar a reaccionar, en algún momento creí sentirme bien pero afortunadamente cuento con familiares y amigos que me conocen casi hasta la perfección y ellos estimaron que debía probar a hablar con alguien que en alguna medida pudiera ofrecerme una conversación relativamente pedagógica. Esto no era más que un psicólogo o psicóloga, pero a veces hemos de usar términos más variados para conseguir ayudar a las personas de nuestro alrededor. En fin, que el doctor Cazorla Santos ha sido mi llave a la nueva vida y me siento profundamente agradecida a él, y porqué no incluso a Freud con lo mal que me caía el pobre