Cada uno cuenta la historia según le ha ido y a mí desde que conocí al Doctor Pablo Umbert, y hasta ahora, no me ha podido ir mejor. Apasionado de su profesión, en continua formación y aprendido de sus pacientes día a día consigue que la rosácea, enfermedad poco tratada, a día de hoy mejore considerablemente, e incluso pueda llegar a desaparecer. Su fórmula maestra y láser harán que mejores desde el primer día. El trato humano tanto del doctor como de su equipo es excepcional. Lo comparto con todos porque sé lo fastidioso, angustioso y desesperante que puede llegar a ser y si puedo ayudar a alguien, yo aún más feliz. Siempre agradecida al Doctor Pablo Umbert y a su Instituto de Dermatología.