Dermoabrasión

Procedimiento que extirpa las capas superiores de la piel, elimina las arrugas finas y, o reduce al mínimo las cicatrices.

La dermoabrasión se puede realizar con personas que presentan:

• Cicatrices faciales por acné, accidentes o cirugía previa
• Arrugas y líneas finas, como las que rodean la boca
• Tumoraciones precancerosas (queratosis)

Pueden utilizarse independientemente o en conjunto con otros procedimientos. Sin embargo, ninguno de los tratamientos eliminará todas las cicatrices y desperfectos, ni prevendrá el envejecimiento.

La efectividad del procedimiento depende de los siguientes factores:

• El tipo de piel.
• El color de la piel.
• La historia médica.

 Después del procedimiento

Algunos pacientes pueden tener dificultad para comer y hablar durante varios días después del procedimiento.

Puede sentirse hormigueo, quemazón o dolor por algún tiempo después de la cirugía. El médico puede prescribir medicamentos para ayudar a controlar cualquier dolor.

La piel puede también estar sensible y tener un color rosa brillante, que desaparecerá aproximadamente en tres meses. Pueden producirse hinchazón y costras.  

Los posibles riesgos de realizar un procedimiento administrando anestesia son:

• Reacciones a los medicamentos
• Problemas respiratorios o cardíacos potencialmente severos, pero poco frecuentes

Los riesgos que implica la realización de una cirugía son:

• Sangrado
• Infección
• Cicatrización

Otro de los riesgos que algunas personas pueden sufrir, es un cambio en la pigmentación de la piel después de realizar el procedimiento. El tratamiento de este síntoma puede incluir el uso de cremas blanqueadoras, según lo recete un médico. La disminución en la pigmentación puede ser permanente.

Puede aparecer calenturas en aquellas personas que sean propensas a infecciones frecuentes de Herpes simplex. A menudo se utilizan los medicamentos antivirales para tratar este síntoma.

Se puede presentar agrandamiento de los poros después de la dermoabrasión, pero éstos finalmente desaparecen.

Si la piel tratada permanece roja e hinchada después que ha comenzado a sanar, puede ser un signo de que se están comenzando a formar cicatrices anormales, por lo cual se debe hablar con el médico, ya que puede haber tratamiento disponible.

Los hombres que vayan a realizar este procedimiento, deberán evitar afeitarse y posteriormente se recomienda el uso de una máquina de afeitar eléctrica cuando puedan volver a afeitarse de nuevo.

Se debe evitar cualquier actividad que pueda causar lesión en el área tratada. Se recomienda evitar los deportes durante 4 a 6 semanas.

Procurar no mojar la cara con agua con cloro, durante al menos 4 semanas. Deberá protegerse del sol, hasta que el color de la piel vuelva a su normalidad, generalmente, durante 6 a 12 meses. Cuando se recupere el color por completo, éste debe ser igual a la piel que le rodea, lo que hace que el procedimiento llevado a cabo sea indetectable.

Se puede usar maquillaje hipoalergénico para ocultar cualquier decoloración.